Wednesday 30 May 2012

POST XXII - Sueños


Madrid 9 de Diciembre de 2011

03:00

El sueño fue tan real, todavía puedo ver su cara; su sonrisa perfecta, aquellos ojos llenos de vida, su nariz respingada, la forma en la que su cabello negro caía sobre su rostro. En el sueño le acariciaba la cara, mientras ella movía sus labios y “creo” que me decía algo. 

Fue emotivo, verla de nuevo, tocarla aunque todo fuera una ilusión. Tengo miedo de olvidarme de ti, María. Te extraño, mi amor.

Cuando desperté, lo primero que vieron mis ojos fue a Claudia. Y, de alguna manera, sentí una especie de conexión entre las dos, de semejanza. En verdad no se parecen en nada, María con su pelo negro azabache contrastaría demasiado al lado de la niña. Aun así, es reconfortante observar a Claudia ahora, con María todavía en mis pensamientos.

En fin, mañana hoy tendré que salir a buscar comida, ya no nos queda nada. Voy a ir a  por las llaves a la garita del portero a primera hora de la mañana, y luego entraré en cada piso en busca de víveres.

Ha estado todo muy callado estos dos últimos días, no he visto a ninguno de ellos rondando por abajo. Me gustaría tomármelo como algo positivo, pero por alguna razón no puedo… me siento más seguro teniendo al enemigo a la vista.

Vale, intentaré volver a dormir, tengo un arduo día por delante. Sólo espero que el mismo sueño se vuelva a apoderar de mi mente. María…

Sunday 27 May 2012

POST XXI - 3


Madrid 8 de Diciembre de 2011

12
:17

He ido piso por piso llamando a cada puerta, no hay nadie. Todos se han marchado. ¿Cómo puede ser que no me haya enterado? No, no es posible.

Entonces… somos sólo Rambo, Claudia y yo.

POST XX - Claudia (continuado)

Ella está bien ahora, ha dormido toda la noche abrazada a Rambo. Las dos latas de atún que me quedan se las daré a la niña cuando despierte.

Tendré que ir a por esos víveres hoy mismo, es eso o compartir la dieta de Rambo. Voy a empezar revisando cada piso… qué fue lo que dijo Luis, ¿“todos se han”? ¿Se habrán ido todos de aquí?

POST XIX - Claudia


Madrid 8 de Diciembre de 2011

07
:15

Estaba mirando por la ventana, pensando en cómo iba a registrar el edificio al día siguiente, cuando oí pasos en el rellano. Al principio pensé que era uno de ellos, pero luego pude distinguir una voz. No entendí que fue lo que dijo, pero supe que era una voz masculina.
Más pasos, eran dos personas. 
[TOC TOC] sonó la puerta. Rambo se despertó al escuchar los golpes y se disponía a ladrar, cuando le cogí el hocico y lo miré negando con la cabeza.
-¿Quién está allí? -pregunté con tono hostil.
-Abre, por favor -era una voz débil, apenas podía oírle-. Somos tus vecinos del tercero, Luis y Claudia
Silencio.
-Necesitamos tu ayuda.
Abrí la puerta para encontrarme a dos seres famélicos. El padre estaba completamente desnutrido, la niña no tanto; aunque podía ver como se le sobresalían los huesos. Eran verdaderos esqueletos.
-Gracias -alcanzó a decir Luis mientras se apoyaba contra el marco de la puerta para mantenerse en pie.
La niña mantenía la mirada fija hacia el frente, mientras apretaba fuerte la mano de su padre. Por su aspecto, no podría tener más de seis años. Su cabello rubio había tomado un tono oscuro, debido a la falta de higiene. Ambos estaban excesivamente grasientos tanto en su cutis como en la ropa.
Empecé a bombardear al hombre con preguntas, que qué les había sucedido, por qué se encontraban en tal estado, etc.
Luis alzó su mano para que me detuviera y luego la volvió a apoyar en el marco de la puerta.
-Hemos estado en el piso de un vecino todo este tiempo, el 4to B -su voz podría haber sido un suspiro-. Antes de marcharse, Julio me dejó las llaves. Cuando mordieron a mi hijo, mi esposa insistió en quedarse con él. Le dije que era un suicidio… pero ella no quiso escucharme y yo tenía que mantener a mi hija a salvo.
»Los primeros días, después de que nos mudásemos, me cercioraba que Claudia estaba segura en nuestro nuevo hogar y luego los visitaba. Le daba de beber al perro y alimentaba a mi esposa, quien ya prácticamente ni me reconocía. Su mente jamás pudo procesar la infección de nuestro pequeño.
Con lo poco que comía, llegó el momento en cual ya no tuve las fuerzas para bajar al tercero. Subsistimos a base de los alimentos no perecederos que había comprado cuando las cosas habían empezado a ir mal. Sin embargo, este último tiempo hemos estado comiendo poco más que galletas y pasta sin cocinar. Hasta he tenido que racionar esto último. Hace dos días que no como. Las últimas galletas se las he dado a Claudia.
Pensé que íbamos a morir allí. Pero entonces te oí a ti, yendo a nuestra casa y lidiando con el monstruo en el que se había convertido mi hijo. También escuché cómo te llevabas al perro. Supe entonces que tú serías la única opción para Claudia.
-¿Su única opción? -mi pregunta fue automática.
-Subir las escaleras ha sido todo un esfuerzo para mi cuerpo extenuado -la mano en el marco de la puerta temblaba sin cesar-. No puedo más, necesito cerrar los ojos. Pero Claudia, ella sí puede sobrevivir. Necesito que te hagas cargo de mi hija.
-¿Por qué yo? -indagué mirando a la niña que seguía sin inmutarse- Seguramente habrá alguien en la comunidad que pueda…
-¿No lo sabes? -me interrumpió Luis, mientras sus piernas empezaban a ceder bajo su peso-. Todos se han…
El hombre se desplomó en el suelo. Los ojos verdes de la niña se posaron sobre su padre; su expresión seguía siendo un gran vacío. No creo que se enterará de lo que ocurría a su alrededor. Corrí hasta Luis y me arrodillé a su lado; no tenía pulso. La mano de Claudia había quedado cerrada, sosteniendo aún una mano que ahora yacía en el suelo.
Rambo, que había estado todo el tiempo a mi lado, corrió conmigo hacia ellos. Debe de haber reconocido a Claudia, ya que ladró y le lamió la cara al instante. Las mejillas de la niña se empaparon de lágrimas, sus párpados cayeron rendidos y ella comenzó a desplomarse hacia adelante. La agarré antes de que tocara el suelo y la abracé… la abracé como nunca había abrazado a nadie en toda mi vida

POST XVIII - Paternidad

 
Madrid 8 de Diciembre de 2011

07
:05

Nunca hablamos con María sobre la idea de tener hijos. Bueno, nunca hablamos "seriamente". Ella era independiente; quería seguir escalando posiciones en su trabajo, que viajásemos más seguido. No estaba lista para ser madre, y tampoco quería estarlo. Yo también tenía mis proyectos, mis partidos de fútbol, mis videojuegos... no estaba listo para abandonar las pocas horas libres que tenía.

No, no quería niños. Sin embargo, aquí está Claudia, durmiendo en el sofá. Ya me he deshecho del cuerpo de su padre. Ahora soy todo lo que tiene. ¿Qué se supone que debo hacer al respecto?

Friday 25 May 2012

POST XVII - Visitas


Madrid 8 de Diciembre de 2011

00
:41

Aún estoy procesando los eventos de las últimas horas. Quiero ponerlos en papel, evaluarlos, desmenuzarlos, entenderlos. Pero no puedo ahora mismo. No puedo explicar cómo fue que recibí la visita de dos personas; una de las cuales yace muerta al lado de la puerta y la otra… la otra creo que se ha convertido en mi huésped.

Thursday 24 May 2012

POST XVI - La puerta...

Madrid 7 de Diciembre de 2011

18:04

La puerta... Tampoco tiene sentido. Con todo lo que ha pasado, no me he puesto a pensar en por qué la puerta de aquel piso estaba abierta.

El agua para Rambo, la puerta abierta... ¿Habrá más gent ¿Y el marido y la niña?